Monday, November 30, 2009

Después del concierto de Andrea Bocelli




Después de semanas de expectación, finalmente llegó el día. Sábado después del día de Acción de Gracias, aun el olfato lleno del aroma del pino recién comprado, aun los ánimos acelerados de la inyección adrenalínica del Viernes Negro, tan pronto como pisamos el Bank Atlantic Center ingresamos en un paréntesis de suspensión de todo lo mundano. Preveíamos con alegría que seríamos cautivados por una de las voces más importantes de nuestra era, pero nunca imaginamos la elevación de espíritu que esa voz fuera capaz de propiciar en una multitud.

Bien dijera Celine Dion: "If God would have a singing voice, He would sound a lot like Andrea Bocelli". Esa noche, desde piezas representativas de la ópera clásica, canciones navideñas tradicionales americanas remistificadas en timbre de tenor, hasta las paradigmáticas tonadas de "Con te partiró" que junto a Sarah Brightman lo llevaran a la cumbre de la fama hace cerca de 10 años, Bocelli, la orquesta sinfónica y el coro de 100 voces que lo acompañaban, nos guiaron en un recorrido casi geográfico a la velocidad del sonido que no dio cabida a la decepción. Todo lo contrario, al finalizar cada pieza, nos dejaba golosos con hambre de más, encumbrado el espíritu, reconciliado con la humanidad.

Esa magia que tiene la música que nos trasporta, nos arrebata, nos conmueve o nos exalta, es un arte del que el tenor italiano es maestro. Y es que pese a lo que la cultura popular de masas quiera apuntar, Andrea Bocelli es un cantante lírico, y vino para recordárnoslo.

Aplausos apasionados, ovaciones de pie y lágrimas de emoción arrancó el postrero "Vinceró" con que el artista cerró el concierto. J y yo, y otras decenas de miles de testigos, abandonamos el recinto con la emoción de haber vivido una experiencia única, que atesoraríamos en ese lugar especial destinado a los recuerdos más preciados. Una experiencia sublime guiada por los ojos del alma de un cantante como pocos.

No comments: