Monday, August 2, 2010
Nanita is home
Tímida y humilde, Nanita llegó sin hacer mucho ruido cuando S. rondaba los 3 años. Regalo de la abuela, su estampa era bastante común y por ello no pudimos prever el importante papel que jugaría en la infancia de nuestra hija y por ende, en nuestras propias vidas.
Tal vez por su tamaño o quizás por su expresión triste y tierna a la vez, rápidamente pasó a formar parte de nuestro grupo familiar. S. la adoptó y simplemente no podía salir a ninguna parte sin ella. Nanita nos ha acompañado a fiestas, restaurantes, viajes, paseos. Durante todo el primer año de preescolar, Nanita fue diariamente al colegio, y si bien tenía prohibido salir del morral, su sola presencia confortaba a S. (quien más de una vez se hacía que había olvidado algo en el bolso para chequear que estuviera ahí y ofrecerle alguna palabra tierna). Nanita es perrita, alumna, hija, princesa o mendiga, pelotica o misil. El peluche más versátil de su género. En la imaginación de S., tiene una voz chillona y un carácter empecinado y ocurrente.
A Nanita hemos tenido que rescatarla unas cuantas veces. Se ha quedado en tiendas, en restaurantes y en casas a las que hemos ido de visita. Ha tenido que viajar en sobre manila por correo especial para llegar rápido de vuelta a las manos de su dueña. Hemos tenido que burlar guardias de seguridad para acceder a sitios ya cerrados y poder recuperarla.
Nanita ha recibido los embates del tiempo y ha experimentado en su propia piel de felpa todas y cada una de las enfermedades de S. La primera vez que la metí a lavar en la lavadora, S. me pidió que la subiera a la secadora y desde allí vigiló con angustia el ciclo entero de lavado hasta que la vio salir sana y salva. La segunda vez, Nanita perdió en el proceso un pedacito de ojo, razón por la cual anduvo durante varios meses cual pirata con una bandita cubriéndole el ojito lesionado. También por el mismo motivo me ha sido prohibido volverla a lavar (yo lo he hecho, a escondidadas, pero teniendo sumo cuidado de meterla dentro de una media para evitar nuevos daños).
Aparece en innumerables dibujos y fotos familiares, y en cada oración de agradecimiento no deja de haber una mención a su nombre. Su fama se ha popularizado tanto, que R., la mejor amiga de S., compró una idéntica y la bautizó con el mismo nombre. Precisamente por esos días, y como medida de precaución ante tantos conatos de pérdida, mi mamá le compró a S. otra igual, "porsia". Siendo idénticas, no era lo mismo, de hecho en un principio hasta era posible percibir un poco de rechazo por la "impostora". Hoy en día, la Nanita más nueva es quien sale de la casa mientras la viejita permanece siempre en la cama de S. Las llama "the Nanita sisters, the original and the clean one". Pero en realidad son una sola. La original es la que importa, ésa es la portadora de las memorias y la conciliadora de sueños.
Un dia le pregunté a S. por qué, entre tantos peluches y muñecos, éste era tan especial. "Nanita is family and home", fue la respuesta. Ni más ni menos. Y es que tal vez la razón vital de la existencia de Nanita en nuestras vidas era estar ahí el dia del accidente. En medio de lo caótico de la situación, cada cual siendo atendido en cuartos separados, recibirla y tenerla en sus brazos fue para S. el alivio que ningún médico o droga hubieran podido brindar (por siempre, Gracias, Yare!). Para nosotros mismos ese momento nos presentó una nueva dimensión de Nanita. Entre las frías paredes de aquel hospital, asustada, solita y rodeada de rostros extraños, Nanita era para S. seguridad y confianza, éramos el Chino y yo, por ahí, en algún cuarto contiguo. Nanita era la rutina, el hogar, el afecto, todo aquello que no permuta aun en situaciones de estrés. A partir de ese día empezamos a escuchar su voz sin que S. la hiciera hablar.
Con los el paso del tiempo la ha empezado a necesitar menos. Eso me alegra y me da nostalgia al mismo tiempo. Cada vez más independiente, más segura y más extrovertida, ya no la lleva a todas partes como antes. Pero Nanita está siempre ahí, vigilándola desde el carro, esperándola en el cuarto, cual un Woody de peluche, siempre paciente, siempre tolerante y siempre dispuesta a recordarle que el afecto no permuta ni abandona, y que el hogar está donde lo desee el corazón.
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10 comments:
Vane, que historia tan tierna. Conoces los libros de Knuffle Bunny? Son dos "picture books" (el tercero creo que sale este anno) y cuentan la historia de amor de una ninna y su peluche. El autor es Mo Willems, uno de los mejores autores de picture books para ninnos. Los libros son tiernisimos y llenos de humor, como tu historia! Te los recomiendo.
Estoy pendiente de escribirte.
Besos
Maravillosa historia, me han dado ganas de llorar! Me encanta el cariño que le has puesto guapa!
Preciosa historia Vane, la has narrado de un manera entrañable. Es verdad todo lo que dices, yo lo vivo, tu lo sabes :D
Me has dejado sin palabras.
qué historia....preciosa narración! me encanta lo que escribes. Ah! tienes un regalito en mi blog! :)
El anonimo despistado que escribio mas arriba y no firmo soy yo, mc.
Gracias por sus palabras, chicas! Y Annita, Gracias por ese lindo premio :)
MC: Cómo crees que no te voy a reconocer, aun sin firma? Tus recomendaciones de lectura y tus "nn" por la "ñ" son inconfundibles!!! Gracias, querida! (el sábado vamos a la biblioteca, voy a buscar esos libros).
Besos, chicas!!!
Ohhh, qué post más bonito y tierno!!
Me ha gustado muchísimo la historia de Nanita! Muchos niños "adoptan" un peluche o muñeco y no se separan de él en mucho tiempo. Les ayuda a afianzar la confianza y la seguridad y ya veo que a tu hija le ha venido genial en esta época de su crecimiento. Yo de pequeña también iba siempre a todas partes con un osito y la verdad es que me haría ilusión ver cómo Marina muestra su afecto a alguno suyo (bueno, por lo pronto ya lo hace a "la nena", una muñeca que le gusta mucho).
Qué historia tan bonita, me ha encantado ;-)
Me encantó, y hasta los ojos se me agiaraparon, y si ya se hace grande e independiente, pero con convicción que el amor esta donde uno lo quiera posar, donde uno lo quiera ver.
Bendiciones
Chila
Tu historia es muy dulce, enternecedora! me encanta como la cuentas, se te da muy bien, me he sentido como parte de la familia por un instante y hasta hacía mía a Nanita!
Un beso fuerte,
Rocío
Qué historia tan bonita, bueno, qué bien la cuentas. Ya te lo he dicho alguna vez, pero transmites muy bien a través de tus relatos. Maravilloso, se me han saltao las lagrimillas, ains.
He cambiado el blog.
Besos
Butterfly
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